La Escala de Vibración Emocional: El Camino hacia la Conciencia Creadora

En el marco de la NeuroPsicoKinesis (NPK), la vibración emocional juega un papel fundamental en el proceso de manifestación consciente. Cada emoción vibra a una frecuencia diferente, y estas vibraciones determinan no solo nuestra experiencia de vida, sino también nuestra capacidad para cocrear con el universo. En este artículo, exploraremos cómo algunas emociones son catalizadores para un cambio de conciencia, el poder transformador de la gratitud, y cómo las emociones de más alta vibración nos conectan con la supraconsciencia.

La Escala de Vibración Emocional y el Cambio de Conciencia

La escala de vibración emocional, como se detalla en la NPK, se divide en varios niveles, cada uno correspondiente a una frecuencia específica y un tipo de manifestación. Las emociones de vibración baja, como la vergüenza (20 Hz) o el miedo (100 Hz), limitan nuestra capacidad de manifestación, ya que nos mantienen anclados en estados de debilidad y sufrimiento​.

Por otro lado, emociones como el coraje (200 Hz) marcan un punto de inflexión hacia una vibración más elevada, donde empieza a surgir el poder personal. El coraje nos permite enfrentar desafíos y abrirnos a la transformación. Emociones como la aceptación (350 Hz) y la razón (400 Hz) nos alinean con una comprensión profunda de la realidad, facilitando decisiones más conscientes y poderosas.

Gratitud: Emoción Itinerante y Transformadora

En la escala de la NPK, la gratitud es una de las emociones de mayor vibración, situándose entre los 600 y 650 Hz. La gratitud no solo nos conecta con el presente, sino que también tiene la capacidad de reencuadrar nuestras emociones. Al practicar la gratitud, incluso en situaciones desafiantes, elevamos nuestra frecuencia y alineamos nuestro ser con el poder de la cocreación.

La razón por la que la gratitud es tan poderosa radica en su capacidad para cambiar nuestro enfoque desde la carencia hacia la abundancia. Cuando agradecemos, nuestra energía se desplaza de los miedos y limitaciones hacia la apertura y la receptividad, lo que nos permite atraer nuevas oportunidades y experiencias positivas. La gratitud, como emoción itinerante, nos guía en un viaje continuo hacia la elevación vibracional y la creación consciente de la realidad que deseamos.

La Emoción Suprema: La Sintonía con la Supraconsciencia

En lo más alto de la escala emocional de NPK se encuentra la iluminación, con una vibración que oscila entre los 700 y 1000 Hz. Este estado representa la unidad total con el universo, un estado de no-dualidad donde el individuo se funde con la supraconsciencia. Sin embargo, alcanzar este nivel supremo implica haber recorrido el camino de las emociones más altas, como el amor (500 Hz), la alegría (540 Hz) y la paz (600 Hz).

El amor, en particular, es una emoción que abre la puerta hacia la supraconsciencia. Este amor no se refiere solo a las relaciones interpersonales, sino a un amor universal y compasivo, que nos conecta con todos los seres y con el campo cuántico de energía. En este estado, la manifestación se vuelve más fluida, ya que nuestras intenciones están alineadas no solo con nuestro bienestar personal, sino con el bienestar colectivo.

Energía y Bienestar: La Concomitancia Vibracional

El nivel de vibración de nuestras emociones tiene una concomitancia directa con nuestro nivel de bienestar. Las personas que vibran en frecuencias bajas, dominadas por el miedo, la culpa o la ira, tienden a experimentar niveles más bajos de salud física, emocional y espiritual. Por el contrario, aquellos que cultivan emociones de alta vibración, como la gratitud, el amor y la paz, no solo experimentan mayor bienestar, sino que también ejercen una influencia positiva en su entorno.

La energía que emitimos influye en el campo cuántico que nos rodea, y esto tiene implicaciones significativas para la cocreación consciente. Como señala la NPK, una persona que vibra en frecuencias elevadas tiene el poder de contrarrestar a millones de personas que vibran en frecuencias bajas​(escala de vibración emo…). Esto se debe a que las vibraciones altas son expansivas y creativas, mientras que las bajas son contractivas y destructivas. Al elevar nuestra vibración, no solo mejoramos nuestra vida, sino que también contribuimos a la evolución y el bienestar colectivo.

Para contrarrestar la vibración de un millón de personas que vibran en 20 Hz (vergüenza), se necesitarían aproximadamente 33,3 personas vibrando en el nivel de gratitud (600 Hz). Esto ilustra el poder transformador de las emociones de alta vibración como la gratitud. Para contrarrestar la vibración de los 7,000 millones de personas que vibran en niveles bajos (como 20 Hz), se necesitarían aproximadamente 200 millones de personas iluminadas (vibrando en 700 Hz). Este cálculo refleja el inmenso poder que pueden tener las personas que alcanzan estados elevados de conciencia para transformar el estado vibracional de toda la humanidad. ​

La influencia de una persona con vibración alta es considerablemente mayor que la de millones que vibran bajo. Este fenómeno se basa en la ley de la resonancia, donde una vibración alta puede «arrastrar» a otras vibraciones hacia niveles más altos. Las personas que vibran en amor, gratitud y paz tienen un impacto transformador en sus comunidades, irradiando energía que eleva la conciencia colectiva y construye el estadio superior de la cocreación.

Cuando una masa crítica de individuos vibra en emociones de alta frecuencia, se crea un efecto de resonancia que puede transformar el estado de consciencia de una sociedad entera. Este es el poder de la cocreación cuántica: no es necesario que toda la humanidad despierte simultáneamente, sino que basta con que suficientes individuos se alineen con el campo cuántico para generar un cambio global.

Conclusión

La escala de vibración emocional nos ofrece un mapa para navegar nuestra evolución consciente. A medida que ascendemos en esta escala, no solo transformamos nuestra vida, sino que también contribuimos al bienestar de la humanidad. La gratitud, como emoción itinerante y transformadora, juega un papel crucial en este proceso, permitiéndonos elevar nuestra vibración y sintonizarnos con la supraconsciencia.

Al vibrar en emociones elevadas como el amor y la paz, no solo logramos manifestaciones más poderosas, sino que también actuamos como faros de luz en un mundo que necesita más consciencia y cocreación. El futuro de la humanidad depende de nuestra capacidad para elevar nuestra vibración y manifestar desde los niveles más altos de conciencia.

Theo Weber


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Contáctame